Explora la historia y evolución de la saga Dark Souls, desde los inicios de FromSoftware y Demon's Souls hasta el fenómeno global de Elden Ring. Descubre cómo estos juegos revolucionaron la industria y crearon el influyente género soulslike, dejando un legado imborrable en el mundo de los videojuegos.
La historia de Dark Souls es inseparable del legado de FromSoftware, la compañía japonesa fundada en 1986. Aunque durante años desarrolló juegos de diversos géneros, fue en los años 90 cuando sentó las bases de su inconfundible estilo con la serie de RPG oscuros King's Field, conocidos por su alta dificultad y atmósfera enigmática. Estos títulos, junto a Shadow Tower y otros proyectos, ya proponían retos centrados en la exploración, la supervivencia y la ausencia de indicaciones. Un detalle clave fue la introducción de la barra de resistencia en King's Field IV (2004), un elemento fundamental en el futuro de los soulslike.
En la década de 2000, la llegada del diseñador Hidetaka Miyazaki cambiaría el rumbo del estudio. Lideró un proyecto entonces considerado de nicho, inspirado en los RPG difíciles del pasado. Así nació Demon's Souls (2009), el precursor del género soulslike. A pesar de las bajas expectativas iniciales, este exclusivo de PlayStation 3 se convirtió en un fenómeno inesperado, ganando reconocimiento fuera de Japón y allanando el camino para un nuevo género en la industria.
Lanzado exclusivamente para PS3, Demon's Souls estableció las bases del dark fantasy en FromSoftware. El juego transporta al jugador al sombrío reino de Boletaria, consumido por una niebla maldita y demonios. Aunque hereda el espíritu de King's Field, Demon's Souls ofrece un diseño completamente renovado, centrado en combates desafiantes en tercera persona y la exploración de niveles no lineales.
Una de sus mecánicas más emblemáticas es la pérdida total de "almas" (la moneda de experiencia) al morir, con la posibilidad de recuperarlas si se regresa al lugar de la muerte sin perecer de nuevo. Este riesgo-recompensa se convirtió en la seña de identidad del género. Además, el juego introdujo innovaciones únicas: ausencia de mundo abierto, desplazamiento desde el Nexo a cinco regiones independientes, la tendencia mundial que modificaba la dificultad según las acciones del jugador, y un multijugador asíncrono donde los usuarios dejaban mensajes, veían fantasmas de otros y podían invadir mundos como fantasmas negros. Incluso un jefe, el Viejo Monje, podía estar controlado por otro jugador.
El éxito de boca a boca llevó a su publicación en América y Europa, convirtiéndose en juego de culto. Críticos y jugadores elogiaron su arte oscuro, la profundidad de progresión y la atmósfera de constante peligro, estableciendo el listón para el nuevo género soulslike.
Más de una década después, Demon's Souls renació en PlayStation 5 con un remake desarrollado por Bluepoint Games. Respetando la obra original, actualizaron profundamente el apartado visual y sonoro, añadiendo nuevos objetos y mejoras de calidad de vida. Aunque consideraron incluir el misterioso "sexto mundo" presente solo como obelisco roto en el original, decidieron mantener ese secreto. El remake fue aclamado, permitiendo que veteranos y nuevos jugadores experimentaran el inicio de la era Souls con tecnología moderna.
Si Demon's Souls sentó las bases, Dark Souls fue la revolución. Lanzado en 2011 para PS3, Xbox 360 y más tarde PC, el juego trasladó el concepto a un mundo interconectado: Lordran. A diferencia de Boletaria, aquí los escenarios se entrelazan en un mapa sin apenas pantallas de carga, fomentando la exploración y el descubrimiento de atajos secretos.
El progreso gira en torno a las hogueras, puntos de control donde descansar y mejorar al personaje, pero cada descanso revive a los enemigos, manteniendo el mundo hostil en todo momento. El juego amplió las opciones multijugador con covenants (facciones online), invocaciones cooperativas y duelos PVP, todo de forma asíncrona. El lore, transmitido por descripciones y entornos, creó una comunidad ávida de teorizar y descubrir sus secretos.
Dark Souls fue un éxito mundial: antes de acabar 2011, vendió más de 1,5 millones de copias. Dio nombre al género soulslike, inspirando a desarrolladores y consolidando a Miyazaki como referente de la industria.
En 2018, la leyenda volvió con Dark Souls: Remastered para PS4, Xbox One, Windows y Nintendo Switch. Este remaster ofreció gráficos mejorados, soporte para 60 FPS y el DLC Artorias of the Abyss. Permitió a nuevas generaciones conocer los orígenes de la saga sin las limitaciones técnicas de consolas antiguas. Para 2023, la trilogía había vendido más de 35 millones de copias, consolidando a Dark Souls como una de las grandes obras de la historia del videojuego.
El éxito continuó con Dark Souls II en 2014. Ambientado en Drangleic, mantuvo la fórmula base pero incorporó novedades como un hub central (Majula) y una estructura menos interconectada. Dirigido por Yui Tanimura en ausencia de Miyazaki, el juego introdujo más contenido, una evolución flexible de personaje y la mecánica New Game Plus con enemigos reposicionados.
El multijugador también se amplió, permitiendo invasiones de NPCs que simulaban a otros jugadores. Tres DLCs (The Lost Crowns) añadieron nuevos jefes y escenarios, ampliando la experiencia. A pesar de ciertas críticas sobre el cambio de atmósfera, la secuela fue un éxito: para septiembre de 2014 se habían enviado 2,4 millones de copias en todo el mundo.
En 2015 llegó Dark Souls II: Scholar of the First Sin, edición definitiva que incluía todos los DLC y mejoras gráficas para consolas modernas. Reubicó enemigos y objetos, añadió un nuevo NPC y elevó el número máximo de jugadores online, ofreciendo una experiencia renovada tanto para veteranos como nuevos jugadores.
Dark Souls III, lanzado en 2016, fue presentado como la conclusión de la saga. Miyazaki regresó a la dirección, retomando la esencia de la primera entrega y uniendo temáticamente el ciclo de fuego y oscuridad en el mundo de Lothric. Influido por Bloodborne, el combate se volvió más rápido y dinámico, e introdujo las artes de arma, habilidades especiales para cada tipo de armamento.
El diseño de niveles volvió a ser lineal pero muy detallado, con áreas interconectadas que sumergen al jugador en la decadencia y el esplendor de un mundo moribundo. Dark Souls III fue la entrega más avanzada tecnológicamente y cerró la historia del fuego de forma épica. Vendió más de 3 millones de copias en dos meses y superó los 10 millones en 2019, reafirmando el estatus de culto de la franquicia.
En paralelo al desarrollo de Dark Souls, FromSoftware sorprendió con Bloodborne para PS4 en 2015. Aunque no lleva el nombre Souls, es su pariente más cercano en alma y jugabilidad, dirigido también por Miyazaki y editado por Sony. Ambientado en Yharnam, una ciudad gótica y victoriana azotada por una plaga, el juego combina el horror lovecraftiano con la acción intensa.
Bloodborne mantiene la esencia soulslike -exploración, combates difíciles, pérdida de recursos al morir-, pero revoluciona la jugabilidad: apuesta por la agresividad, elimina los escudos tradicionales y da al jugador armas de fuego y armas transformables de dos formas. La mecánica de venganza permite recuperar vida golpeando rápidamente tras recibir daño, incentivando el ataque constante. El sistema narrativo sigue siendo fragmentario, invitando al jugador a descifrar el lore a través del entorno y los objetos. Bloodborne triunfó por su diseño artístico, atmósfera opresiva y combate vertiginoso. Su influencia fue tal que nació el término Soulsborne para englobar ambas sagas.
En 2019, FromSoftware volvió a innovar con Sekiro: Shadows Die Twice, ambientado en el Japón feudal. Sekiro rompió con las convenciones soulslike: el protagonista, el Lobo, tiene identidad propia, la progresión no depende de estadísticas sino de dominar habilidades y equipamiento, y desaparece el multijugador.
El combate gira en torno a la postura: hay que romper la defensa enemiga a base de presión y paradas precisas, para ejecutar remates instantáneos. La mecánica de resurrección permite revivir una vez en combate, añadiendo profundidad estratégica. El juego apuesta por el sigilo, el uso del brazo protésico con gadgets y un ritmo de combate aún más exigente. Sekiro ganó el premio a Juego del Año en The Game Awards 2019 y demostró que la filosofía de desafío de FromSoftware trasciende géneros y ambientaciones.
En 2022, FromSoftware lanzó Elden Ring, su proyecto más ambicioso. Con Miyazaki al mando y la colaboración de George R. R. Martin en la creación del lore, Elden Ring trasladó la fórmula soulslike a un vasto mundo abierto: las Tierras Intermedias.
El juego mantiene la esencia de Dark Souls -combate exigente, barra de resistencia, recolección y pérdida de runas-, pero introduce novedades como el corcel espectral para explorar, la asignación libre de habilidades, el sigilo, decenas de jefes opcionales y un sistema de invocación de espíritus aliados. El enfoque abierto permite afrontar desafíos en cualquier orden, y la narrativa sigue siendo ambiental y fragmentaria.
Elden Ring fue un fenómeno: vendió más de 12 millones de copias en su primer mes y superó los 20 millones al año siguiente. Ganó más de 300 premios a Juego del Año, batiendo récords históricos, y fue elogiado por la libertad, la profundidad de su mundo y el diseño de jefes. Tras su éxito, FromSoftware anunció la expansión Shadow of the Erdtree y el spin-off Nightreign, asegurando el futuro de la franquicia.
Desde Demon's Souls hasta Elden Ring, FromSoftware ha seguido una filosofía clara: desafiar al jugador de forma justa pero exigente. La muerte es parte del progreso, cada error enseña y la superación forja una experiencia única de satisfacción. El relato minimalista y el lore fragmentado invitan a la exploración y la interpretación, fomentando comunidades activas que descifran secretos y comparten conocimientos.
El combate, metódico y táctico, exige dominar la resistencia y analizar patrones enemigos. Los escenarios, diseñados con maestría, ofrecen rutas alternativas y atajos, creando mundos interconectados y atmosféricos. Visualmente, predominan las ruinas, catedrales góticas y paisajes decadentes, consolidando el sello dark fantasy de la marca.
El éxito de la saga Souls y sus derivados dio lugar al género soulslike, caracterizado por la dificultad, la progresión basada en intentos y aprendizaje, y la implementación de multijugador asíncrono. Títulos como Lords of the Fallen, Nioh, The Surge, Code Vein, Mortal Shell y Remnant: From the Ashes han seguido su estela. Incluso fuera del género, su influencia se percibe en mecánicas y diseño en juegos tan diversos como Destiny, Shovel Knight, Nier: Automata o Death Stranding.
Años después de su debut, el legado soulslike es enorme. Dark Souls fue elegida juego de la década por diversos medios y el término "Dark Souls" se ha convertido en sinónimo de desafío extremo en la cultura popular. FromSoftware no solo creó un género, sino que demostró que la dificultad y el respeto por el jugador pueden ser virtudes. Sus juegos animan a la cooperación, el intercambio de saberes y la pasión por desentrañar misterios.
El viaje de FromSoftware, desde Demon's Souls hasta Elden Ring, es una historia de valentía creativa y coherencia. Cada nuevo título ha desarrollado la fórmula, manteniendo siempre el espíritu de desafío y triunfo ganado a pulso. El legado de la saga Souls vive tanto en sus continuaciones -bajo el apodo de Soulsborne o el más reciente SoulsborneKiroRing- como en el género soulslike, ahora imprescindible en la industria. El espíritu de exploración, superación y descubrimiento permanece, demostrando que el fenómeno FromSoftware trasciende el tiempo y los géneros.